miércoles, 13 de febrero de 2019

Leyendas de 1º de ESO



LA LUNA AZUL 


Hace dos mil años, cuenta la leyenda que unos seres de color azul, los cuales vivían en los bosques más claros de Asturias. Estaban divididos en hombres y mujeres. Los hombres se dedicaban al campo y la agricultura, y las mujeres se dedicaban a cuidar de los más pobres y del cuidado de los árboles donde vivían.

Emma era una de las adolescentes más hermosas del poblado. Tenía una estatura alta. Los ojos azules, pero azules oscuros, como un cielo estrellado. Unos labios finos de un color coral. Una larga melena tan oscura como las noches de invierno. Tenia una piel suave, azul cielo, y siempre estaba decorada con adornos hechos por ella. Decían que era tal y como su difunta madre. 

 La madre de Emma falleció cuando ella tenía apenas dos años. Iba caminando por las orillas del río Navia, hasta que un humano se acercó a raptar a Emma para llevarla a un centro de investigación. La madre de esta, al enterarse de lo sucedido, luchó contra aquella bestia, dejando ir a Emma. Pero en su honrada lucha, una bala de roble blanco, le atravesó su dulce corazón. 

Desde aquel entonces, Emma se crio con su abuela, Mery, una mujer de larga melena gris con unos pequeños reflejos azules. Tenía unos ojos verdes como las hojas de un limonero. Era una mujer alta y esbelta con unas manos increíbles para cocinarle postres a su amada nieta. 

Emma siempre estaba alejada del resto de sus “hermanas” políticas, odiaba la vida que llevaban las mujeres de su estirpe, ya que eran muy tradicionales. Prefería llevar una vida libre y solitaria, junto con su abuela. Emma tenia la costumbre de ir una vez al mes al árbol donde estaban las cenizas de su madre. Le encantaba escalar aquel hermoso árbol todos los meses y contemplar las maravillas del bosque. 

Un día, escaló otro árbol distinto y, esta vez, no solo tuvo la suerte de ver otra perspectiva del bosque, también, pudo ver a un hombre de cabello castaño y unos ojos de un color imposible de imaginar. Eran verdes como los prados secos, pero, luego, los veías grises como... tenía unos ojos que a Emma se le quedaron grabados en su mente durante semanas. 

A Bellamy, también se le quedaron grabados sus labios, sus grandes ojos... se enamoró de ella. Aunque no quería verlo, él sabia que su amor, era imposible. Bellamy era un ser que nunca dejaba ganarse, nunca se rendía. Y así fue como todos los quince de cada mes iban a contemplar la luna, el bosque y puede que principalmente a verse. 

El amor entre seres era una norma prohibida del libro de leyes impuesta por el primer ser que venció a los humanos y fundó Greimer, el poblado de Greimer. Un día, Emma, decidió escribirle una carta secreta a aquel hombre de ojos color “abstracto”:  

                                         Lunes 18 de diciembre de 1921 
Querido amado mío: 

Desde que te vi, aquel quince de julio, me enamoré de ti profundamente, de tus ojos de tu forma de mirarme. Me duele no poder verte ,no poder soñarte por falta de datos sobre ti. Pero gracias a ti, a contemplarnos cada día quince, he visto lo que me cegaba el dolor y la tristeza. He leído una y otra vez el libro de leyes, y aunque diga que nuestro amor es imposible, yo no me doy por vencida. 
Te quiero, amado mío; 
                                       Emma. 

Al mes siguiente, Emma le entregó por vuelo la carta a su amado y como era sabido, él le respondió con una hermosa carta. Se estuvieron escribiendo cartas durante un año pero Emma no podía soportar más la idea de no verle. Entonces un día de la dulce primavera fue a verle. Escaló el mismo árbol que él y entonces, cuando se besaron, la luna admiró tal belleza en su amor, que cogió el color azul de sus pieles y los volvió humanos. Cuando vieron su nueva piel, lo primero que hicieron fue llorar al saber que podrían estar juntos hasta que la muerte les separase. 

Cuenta la leyenda que en un bosque desconocido, donde habitaban Emma y Bellamy, cada quince de cada mes, la luna se vuelve color azul, en honor al amor que un día pudo admirar desde lo más alto del cielo. 

 Clara Carregal Martínez y María José Portillo Morel 




EL DESCUBRIMIENTO

En el siglo X, Pedro Menéndez descubrió un pequeño pueblo al norte de Asturias, poblado mayoritariamente por gigantes que aterrorizan a la población humana de este pequeño pueblo. La primera impresión de Pedro al ver a los gigantes fue de miedo, aunque sintió que el pueblo necesitaba la ayuda de alguien que echara a los monstruos de allí. Al entrar lo primero que observó fue a todas las personas corriendo hacia una pequeña casa subterránea y a un gigante comiéndose a los más lentos del pelotón, por lo cual decidió seguirles para refugiarse de aquel monstruo.

En el bunker, se paró a hablar con todos los habitantes para que contasen sus anécdotas con aquellos enormes monstruos. Le contaron que un día aparecieron de la nada y acabaron medio pueblo, les dio tiempo a recuperarse aunque no tardaría en llegar otra oleada de gigantes, esta vez más agresivos. En esta segunda oleada, aparte de derribar las casas de medio pueblo, empezaron a matar a muchas personas y llevarse a otras cuantas a las cuales no sabían lo que les habían hecho.

Al apagarse la alarma, todos salieron del bunker, llorando por la destrucción de muchas casas y pensando en cuántas monedas les iba a costar volver a construir el pueblo. Pocas casas quedaron en pie y en ese momento se escuchó un grito desgarrador, procedente de uno de los gigantes que se alejaba, aunque Pedro pensaba que el grito era de aquel gigante, el cual se habría dañado con una de las estructuras, los pueblerinos sabían perfectamente de quién se trataba. Le preguntó a una de las personas, quien, nada más escucharlo, supo que era de alguien muy conocido e importante en el pueblo: Jaime, el hijo del alcalde. Todos estaban muy alarmados, no sabían qué hacer.

Pasaron los días y Jaime no aparecía, lo habían buscado por todas partes, pero esa larga lucha por descubrir lo que había pasado, fue en vano. Pedro no pudo dormir por el hecho de que había un niño desaparecido y él no podía ayudarlo. Se adentró en un lugar llamado “El Bosque del Terror”, el cual, a pesar de llevar la palabra “bosque” en su nombre no era más que un simple parque natural abandonado, pero por la gran humedad y niebla que había dentro parecía un bosque. Nadie había entrado allí en años debido a un rumor que había recorrido por las calles: un terrible monstruo vivía allí y las pocas personas que habían entrado no volvieron a ser vistas nunca. 

Pedro llegó a la conclusión de que ese terrible monstruo era el gigante que aterrorizaba al pueblo casi todos los días, algo que nadie había logrado. Entró en aquel lugar a pesar del miedo que había en su mente y de saber todas las cosas que podían  pasar… Cuando había andado unos metros escuchó un fuerte sonido, el cual le hizo ir en esa dirección para investigar, pero el no se imaginaba lo que iba a pasar. Resultó que lo que había allí dentro no era un gigante… ¡sino dos! Había un montón de cadáveres sin huesos, que parecía ser de lo que se alimentaban. La primera vez que lo vio, observó que sabía hablar en su idioma, por lo que seguramente sería fácil comunicarse con él. Pedro se acercó y los saludó, inmediatamente, el gigante más pequeño, que era el que les había atacado le suplicó que no les hiciese daño, su madre estaba enferma y necesitaba comer huesos, los cuales extraía de los humanos que cazaba y de la comida que había en su nevera, pero que no lo hacía por otra cosa. Jaime estaba al fondo de lo que parecía se una cabaña que habían construido con los árboles del parque. Estaba asustado pero al escuchar la historia del gigante se había emocionado mucho, por lo que no sabía si sentía miedo o ira. Pedro habló con él para convencerle de ir al pueblo y explicarle a la gente su situación, y seguro que le podrían ayudar dándole comida o algún tipo de tratamiento, después le prometió que si iban a por él, Pedro le defendería mientras él escapaba, aunque tuviese que sacrificar su vida por ello. El gigante accedió tras dejar en libertad a Jaime y se dirigieron hacia allí, dejando a la madre sola con unos cuantos huesos para que pudiese alimentarse.

Llegaron al pueblo y el gigante gritó para que el pueblo entero se enterase de que estaba allí. Cuando Pedro vio que todos estaban fuera de sus casas Pedro dijo: “Venid, no pasará nada, he hablado con él y hace esto por una buena razón, pero está dispuesto a negociar”. La gente se acercó a pesar de no estar muy segura de lo que hacía. Estuvieron hablando un tiempo y llegaron a un acuerdo: la gente le daría huesos de su comida a cambio de que el gigante realizase unos trabajos para ellos todas las semanas hasta que su madre se recuperase
                                                                                                 
   Ángel Martín e Ivanka Rubín



EL MISTERIO DE LOS SIETE CAÑOS


Se dice que los días 30 de cada mes, a las doce de la noche, sale un espíritu de cada boca de cada escultura y que atacan a las personas mas cercanas. Da igual que estén refugiadas en sus casas, los espíritus atraviesan las ventanas y se cuelan por lo oídos de las personas y les transmiten las peores pesadillas de su vida. Cuando despiertan, olvidan todo lo ocurrido y se encuentran bastante mal ya que el sueño les produce náuseas y dolor de barriga. Este misterio empezó desde que construyeron esa fuente, se dice que la trajeron de un lugar maldito de la india donde realizan encantamientos para fastidiar a las personas. Este misterio ha sido tratado por muchos especialistas de la policía. Pero no consiguen deducir nada.

Hoy en día, esto continua siendo un misterio para todo el mundo y no se sabe qué se puede hacer para conocer algo sobre esto. Las personas se están empezando a mudar debido a este gran problema.

 Una vez un niño de 12 años se acercó con sus amigos por la noche, ellos no sabían nada de qué podría ocurrir si se acercaban, el más gallito del grupo decidió hacer el tonto, diciendo rituales inventados, bailando… Y por lo visto empezó a salir una niebla muy espesa, los otros niños decidieron correr, pero para el otro ya era tarde, la niebla lo absorbió, y desde aquella vez no se volvió a ver a ese niño.

 Unos días más tarde fueron personas a investigar, y encontraron restos de prendas, un mes mas tarde fueron a inspeccionar la fuente y encontraron una especie de cajón donde consiguieron con mucho esfuerzo abrirlo, allí se encontraba el cadáver del niño.

Desde ese momento, ninguna persona se acercó a esa fuente.


CREADO POR: Lucas Iglesias y Nel Beberide, 1ºE




EL ORIGEN DE LA MONSTRUA


Eugenia Martínez Vallejo fue una niña muy conocida en Avilés, esta niña se conoce por La Monstrua. Muchas personas no saben por qué se llama así, y por eso en esta leyenda os lo voy a contar.
Eugenia vivió en el Palacio  de Valdecarzana con sus padres. Cuando tenía seis años fue a un restaurante de lujo, ella pidió carne picada. Al acabar les dijo a sus padres que salieran afuera que tenía que hablar con el cocinero. Fue a la cocina y le preguntó al cocinero que de qué animal era la carne picada, él le dijo que era de humano. Como a Eugenia le gustó, se lo dijo a sus padres, entonces empezaron a secuestrar a gente por la calle que iba sola y la mataban para comer su carne. Incluso iban con su familia a un bosque y con una escopeta mataban a los cazadores.
Como cada vez quedaban menos personas en Avilés y la gente tenía miedo al  salir de casa, un día un hombre de 25 años paseando por el Ayuntamiento olió a algo podrido y como la puerta del palacio estaba abierta y el olor cada vez era más fuerte entró a husmear. Abrió la puerta de donde venía el olor y encontró un brazo de humano. El hombre, horrorizado, salió corriendo a la oficina de policía. Entonces una patrulla de policías fue a mirar si era cierto, y como lo era decidieron encarcelar a Eugenia y sus padres.
Y ahora a Eugenia la llaman La Monstrua por haber comido carne humana.

    Diego de la Riva



La leyenda secreta
En el año 801, una señora mayor, de unos 80 años un día de verano fue con sus nietas pequeñas al ayuntamiento de Avilés a merendar un helado.
La más pequeña (Andrea) quiso ir a ver una fuente- La abuela le consentía todos los caprichos, entonces le concedió el deseo de ir a la fuente. Dicha fuente es de piedra, y tiene 5 caras: una grande en el medio, dos pequeñas a la derecha y otras dos pequeñas a la izquierda. María (la mayor), tenia sed y bebió agua de la fuente, lo que no sabía es que hace dos años la fuente había estado hechizada `por la bruja Maraqueen.
Dos años antes, la bruja Maraqueen llegó a Avilés con la idea de conquistar todo Avilés, `pero los habitantes se lo impidieron. En esa época, la fuente era un sitio donde la mayoría de personas bebían. Maraqueen, para vengarse, hechizó la fuente más famosa de Avilés, y las personas que bebían de ella desgraciadamente, se transformaban en una cara de `piedra de la fuente, y habitaban ahí durante toda la eternidad.
Entonces María bebió y quedo hechizada. Desde ese momento la cabeza de María sigue ahí, convertida en caño.

Hellen Noelia Ramírez Pérez y Olaya Serrano Ferreras



La Leyenda de Ferrera


Hace mucho tiempo, en Illes (Avilés), donde actualmente está el parque Ferrera, había un coliseo acuático, donde la gente hacía apuestas ilegales con peleas de focas. Las personas que ganaban se llevaban una gran recompensa por ello. Las focas allí eran maltratadas, y obligadas a morir solo para que los dueños pudiesen conseguir dinero, comida, agua potable entre otras cosas más. Había un dueño en especial, que se decía que era el "Foquero de Illes", ya que era la persona que más y mejores focas tenía.

Un día, una de las focas del foquero llamada Ferrera consiguió liberarse, y así pudo vengar a todas las focas, matando a todos los dueños que las maltrataban.

En la actualidad, el parque Ferrera tiene ese nombre en honor a la foca, además, en muestra de respeto hacia ellas, colocaron esculturas de focas dentro del parque. 


Manuel Sújar
   


 NOCHE DE JUEGOS
       Os voy a contar la leyenda de un grupo de amigos que quedaban todas las semanas para realizar una noche de juegos de mesa, pero un día, ocurrió algo un tanto peculiar.

             Estaban sentados en el sofá del salón, comiendo un delicado jamón, acompañado de un vino tinto, cuando de repente llaman al timbre, se preguntaron : “Quién será a estas horas “, en teoría no esperaban a nadie. Fue a abrir John, y ante sus ojos se encontraba una espeluznante criatura. La criatura era pequeña, de no más de 120 centímetros de estatura, pero cuando se enfadaba o se asustaba como en estos momentos, se convertía en una gigantesca serpiente de 20 metros, con dientes afilados como cuchillos repletos de veneno, o en cualquier animal fantástico terrorífico.

            John estaba aterrorizado, tanto que según vio a aquel ser tan misterioso, se desmayó. La serpiente estaba asustada, cuando vio a ese grupo de personas tan aterrorizadas le dio miedo de que le pudiese ocurrir algo, de tal manera que se convirtió en ese ser tan horrible y espeluznante.

            Cuando el pequeño animal se tranquilizó, poco a poco, se fue transformando en el pequeño duendecillo inofensivo que todos conocemos. En ese momento les fue explicando paso a paso por que se había asustado tanto.

            El duende estaba asustado porque al ser un ser tan especial y a su vez terrorífico, no se podía dejar ver. Pero un señor un tanto curioso vio unas hojas moverse y fue mirar, y ¡¡¡¡BOOM!!!! , ahí estaba él. El duende hecho a correr, pero fue peor, porque le vio aún más gente. Corrió hasta llegar a parar en la casa de John, y así fue como lo contó el duendecillo.

             Marta, una invitada, le dijo el duende con voz tranquilizadora:

-Tranquilo, te ayudaremos, pero antes de todo necesitamos saber una cosa, ¿cómo te llamas?
-Mi nombre es Bill.

            Así que se pusieron a planear un plan para ocultarle y que nadie le viese. Tras mucho pensar y meditarlo, ya desesperados por encontrar una solución, decidieron acabar con todo y quedarse el duendecillo. Lo ocultaron en el sótano.

            Desde aquel día se dice que en aquella casa abandonada sigue Bill y que si van más de dos personas, Bill se convertirá en una serpiente e irá a por vosotros.

Miguel Crespo



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