domingo, 17 de enero de 2016

Nuestro alumnado de 1º de ESO nos cuenta sus experiencias



EN EL MÉDICO

   Todo empezó una mañana de Navidad. Yo tan solo tenía dos años cuando ocurrió. Mi hermana aún no había nacido. Aquel día hacía mucho frío. Yo estaba con mi madre, mi abuela y mi tía Ana por la calle. Entonces mi tía se fijó en mí extrañada. Tenía habones y … ¡me estaba hinchando!

   Me llevaron corriendo al médico; a urgencias. Entré en la consulta. El médico nos dijo que estaba perfecta y nos fuimos un poco sorprendidos.

   Un cuarto de hora más tarde volvió a ocurrir. Me volvió a hinchar. Acudimos de nuevo al médico y pasó lo mismo de antes.

   Ocurrió por tercera vez. En este caso estuvimos esperando en la consulta más tiempo. Allí la calefacción estaba puesta y se estaba muy a gusto. Poco a poco me iba deshinchando. Mis padres se dieron cuenta y se lo contaron al médico. Este nos mandó bajar a la calle, diez minutos después bajó él. Me hinché. Subimos a la consulta y me deshinché. Entonces el médico me diagnosticó alergia al frío.

   Me aconsejaron que siempre que me bañe en la playa y tenga frío salga del agua y que, si voy a la nieve, me abrigue bien.

Elisa Fernández Sánchez   1º ESO C



MI PRIMER DÍA DE ESCUELA

            Yo venía de una guardería y lo de “Adiós mamá, hola profe” ya lo tenía asumido y lo veía algo cotidiano y natural.
            Mis padres me han dicho que mi horario en la guardería era muy largo, estaba desde las tempranas horas de la mañana hasta la avanzada tarde, así que cuando terminó el horario de los primeros y últimos días de colegio (nueve de la mañana a una de la tarde) mis palabras exactas fueron: “¿Ya acabó?”
            Tenía ya unos cuantos amigos de la guardería que, al igual que yo, ya estaban acostumbrados, pero había niños y niñas que no conocía y que no lo estaban. A los inexpertos que jamás habían pisado un lugar sin sus padres (que, por cierto, lloraban), yo los consolaba. A mí me parecía raro verles llorar ya que la guardería me ayudó a ver ese tramo del día sin mamá y papá como un momento en el que pasarlo bien y jugar con mis compañeros y compañeras.
            También tengo otra experiencia de primer día de clase porque, cuando mi madre consiguió la plaza en el CP Quirinal, yo me cambié de colegio.
            El cambio fue cuando iba a pasar de cuarto a quinto y estaba realmente asustada.
            Cuando llegué, me topé con gente, con muchísima gente, que me  acogía en su vida como si nos conociéramos de siempre.
           
  Lidia Carreño Busto  1º ESO C



MI MAYOR TRAVESURA

         Esto sucedió cuando tan solo tenía 3 años. Tenía un caballo de juguete enorme, y se me ocurrió una idea que solo a mí se me pasaría por la cabeza. Cogí unas cuantas témperas y rotuladores y me puse a pintarlo. Mientras lo pintaba me sentía como una gran artista, pero cuando acabé me di cuenta de que eso no era una obra de arte, era una chapuza. Nada más ver el acabado, no sabía si reír o llorar. ¡Era horrible!
        Mis padres, nada más verlo, se empezaron a reír y me mandaron limpiarlo junto a mi hermano, aunque él no había participado.
        Al empezar a limpiarlo, me daba cuenta de que eso no se iba a quitar nunca, y lo tuvimos que dejar así.
       Hasta estos días, ha estado guardado en el trastero, lleno de pintura y con un recuerdo el él.

 Sandra González Carragal   1º ESO C



MI PEOR TRAVESURA

Mi peor travesura yo creo que fue cuando le tiré a mi tía las llaves del coche por la ranura del ascensor.
Ese día ya me había levantado enfadado y había madrugado mucho porque mi tía se tenía que ir a trabajar, y me tenía que llevar a casa de mi abuela. Para impedir esto, lo que yo hice fue tirarle las llaves del coche por la ranura del ascensor mientras que ella se estaba calzando. Estuvo buscándolas desesperadamente al menos media hora, hasta que empezó a sospechar y me preguntó a mí si las había escondido, y yo (muerto de miedo por si me daba una colleja) confesé y le dije qué había hecho con ellas, y me pegó y me hizo ir caminando una hora hasta la casa de mi abuela.
Al día siguiente, me di cuenta de lo que había hecho, y para recuperarlas cogí una cuerda larga y le até a un extremo un imán y las recuperé.

Nicolás Meana   1º ESO C


                         
 MI PRIMER DÍA  DE CLASE

         Hola, me llamo Marina, tengo 13 años. Mi primer día de colegio fue en septiembre de 2005. En mi clase éramos 25 en total, nos daba Marigel.
El primer día fue un poco duro para mí. Yo no quería ir, quería quedarme en casa jugando, pero me dijo mi madre que a partir de ese momento iba a conocer a niños y a niñas que iban a ser mis amigos, y así fue. Nunca pensé que lo iba a pasar tan bien; jugábamos mucho. Nos dijeron que en todos estos años, hasta sexto, íbamos a hacer el amagüestu y el carnaval.
         En 2007-2008, nuestra profesora fue al baño, se resbaló con el agua y se rompió una pierna. Desde ese momento tuvimos una profe nueva, Eva, y en el 2009 en primero vimos a Marigel. Una niña de nuestra clase se fue de vacaciones; dijo que volvería, pero no volvió. Al año siguiente tuvimos una compañera nueva.
         Nunca olvidaré mi primer día de clase, ni cuando estaba en el grupo de los otros dos mandilones. Cuando cumplías años, te traían una tarta de mentira para soplar las velas. Nosotros pensábamos que la íbamos a comer. Luego, al final de la clase, repartíamos las chuches que comprábamos para los cumples.
         Esto es todo mi primer día. Nunca olvidaré las risas que pasábamos, las canciones, los profesores, los juegos y los reyes magos cuando iban.

Marina Macías   1º ESO C




  MI PRIMER DÍA DE CLASE

No recuerdo demasiadas cosas acerca de mi primer día de clase. Pero hay cosas que sí recuerdo bien.
Cuando mis abuelos me dejaron en la clase y los vi irse, comencé a llorar sin parar, porque pensaba que me iban a dejar allí sola y no me iban a venir a buscar. Pero después, nuestra profesora nos calmó a todos y nuestros llantos cesaron.
         Mi profesora se llamaba Ana Laura. Era una mujer alta, delgada, con el pelo corto y castaño y unos ojos marrones. Tenía gafas, unas gafas rojas.
Era muy simpática, amable con nosotros, con mucha paciencia y siempre con una sonrisa en la cara.
Recuerdo muy bien cómo era mi clase. Mi clase estaba pintada de blanco. Estaba dividida en dos partes. En la primera parte, estaba colocada la pizarra, en la que siempre Ana Laura nos hacía unos dibujos preciosos, todas las tardes. Ella dibujaba muy bien. También había cinco mesas. Una mesa era roja, otra naranja, otra verde, otra azul claro y otra amarilla.
Yo siempre me sentaba en la mesa azul claro, en el lado de la ventana, al lado de Sandra y de Andrea. En esa parte, se encontraba también el perchero que tenía encima de cada lugar, nuestra fotografía.
En la otra parte de la clase, estaban los juguetes que usábamos en nuestra hora de juego. No recuerdo todos los juguetes, tan solo unos pocos.
En la parte derecha, había una pizarra de mesa naranja. En una esquina, había una seta roja con círculos blancos, que también tenía un gnomo rubio, vestido con un jubón y un gorro verdes. En la parte izquierda, había muñecas, balones, un poco de todo.
También recuerdo que, en el fondo, había una estantería blanca con muchos compartimentos.
Teníamos unos cuadernillos que tenían en la portada a una niña con dos coletas con los colores del arco iris, un vestido verde y la nariz rosada.
Sé que esa niña tenía un nombre. Su nombre era Lúa.
El suelo de la clase, tenía unas baldosas azules muy claras, casi blancas.
Al lado de la estantería, se encontraba una puerta blanca, con una manilla negra, que daba al hall del colegio.
Aquel día, salimos al patio, en el que había un balancín verde, un tobogán azul con la escalerilla negra y un juego para escalar rojo. Por las tardes, jugábamos a hacer carreras alrededor del colegio con nuestra profesora. Siempre nos lo pasábamos muy bien.

Desde luego, fue un buen día, después de todo, y el mejor año de mi vida.
Rocío Fernández Suárez   1º ESO A 

2 comentarios:

  1. Me han gustado dos redacciones en concreto. La de Nicolás porque es graciosa y entretenida y la de Lidia por lo bien que está redactada.

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  2. Me ha gustado mucho el de Lidia:MI PRIMER DÍA DE ESCUELA, y también el de Sandra: MI MAYOR TRAVESURA.
    Me han gustado las dos mucho.El de Lidia me ha gustado por lo bien que está contado su primer día de clase y porque ha ayudado a la gente.Y el de Sandra me ha gustado por la travesura que hizo, se dio cuenta de que eso era una chapuza

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